Época: Edad Moderna
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Siguientes:
El cargo de abadesa
Abadesas destacadas en la historia monacal
Bibliografía sobre abadesas

(C) Matilde Chaves de Tobar



Comentario

El espacio de las mujeres y en concreto el de las religiosas, fue particularmente complejo antaño y el ingreso de la mujer en estos centros de espiritualidad, presentaba variadas facetas de índole material, psicológico, social y espiritual. Remontándonos especialmente a la Edad Media se pueden analizar infinidad de detalles, que conformaron los procesos de creación de los conventos femeninos configurándose estos desde una perspectiva, como un espacio de excepcional libertad para las mujeres ya que se convirtieron en una alternativa real al matrimonio, pero desde otro punto de vista y a la par con lo anteriormente dicho, fueron un espacio de mayor control puesto que permanecieron siempre subordinados a una supervisión masculina.


Cruz de altar de la abadesa Matilde

Cruz de altar de la abadesa Matilde




Las comunidades monásticas para mujeres habrían aparecido en Oriente en un periodo muy antiguo. Después de su introducción en Europa, hacia el fin del cuarto siglo, empezaron a florecer, también, en Occidente, particularmente en Francia, donde la tradición le atribuye la fundación de muchas casas religiosas a San Martín de Tours. Cassian el gran organizador del monacato en Francia, fundó un famoso convento en Marsella, a principios del quinto siglo y de este convento, en un periodo posterior, San Cesario (muerto en el año 542) llamó a su hermana Cesaria, poniéndola a cargo de una casa religiosa que estaba fundando en Arles. También se sabe que San Benito de Nursia habría fundado una comunidad de vírgenes consagradas a Dios y puesto, bajo la dirección, a su hermana Santa Escolástica, pero ante la duda de si el gran Patriarca estableció un convento, es cierto que durante un breve tiempo él apareció como guía y Padre de los muchos conventos que ya existían. Las reglas establecidas en su Monasterio, fueron adoptadas casi universalmente, y por ellas el título de Abadesa fue de uso general para designar a la superiora de un convento de monjas. Antes de este tiempo, el título Mater Monasterii, Mater Monacharum, y Praeposisa eran más comunes. La designación de Abadesa aparece por primera vez en una inscripción sepulcral del año 514, encontrada en 1901 en el sitio de un antiguo convento de las virgines sacræ que se levantó en Roma cerca de la Basílica de San Agnes extra Muros. La inscripción conmemora a la Abadesa Serena que presidió este convento, hasta el momento de su muerte a la edad de ochenta y cinco años: "Hic requieescit in pace, Serena Abbatissa S. V. quae vixzit annos P. M. LXXXV."



Dichas reglas fueron incorporadas por San Benito a las abadías en los conventos de monjes en el siglo VI y fueron válidas para los monasterios femeninos, comenzando por intermedio de su hermana Escolástica a quién se considera la "primera abadesa" de Piumarola.



Ahora analizando la clase de personas o grupos sociales que abrazaron la vida religiosa y que a su vez engrosaron las filas del clero o de las Ordenes conventuales, encuentro que influyó en ello y en gran medida, el factor económico y las motivaciones fueron de toda índole: por ejemplo, el hijo de un modesto labrador que deseaba llegar a ser el párroco de su pueblo, respetado y/o aceptado en alguna poderosa comunidad. Situaciones de orden social que llevaban a personas a hacerse religiosas fueron muy variables; tenemos el ejemplo de, además de mujeres con esa vocación religiosa específica, hijas de buenas familias pero sin dote, viudas respetables, mujeres que habían pasado por situaciones sentimentales difíciles, entre ellas amigas íntimas de reyes o nobles que habían perdido sus favores, que al final llegaban recluirse en los conventos; La figura de la mujer desde tiempos inmemoriales, ha estado ligada al desenvolvimiento de la Humanidad. Muchas de estas mujeres que por los distintos motivos - ya vistos - tomaron la vida monacal como su forma de vida, llegaron a ocupar cargos de jerarquía, de responsabilidad y de verdaderas conductoras de la vida espiritual. En el presente artículo se incluyen algunas cortas reseñas de la vida de importantes mujeres castellanas que llegaron a ocupar el cargo jerárquico de Abadesas, María Ana de Austria (1568-1629) - España -, Abadesa del Monasterio de las Huelgas, Escolástica Campo Martín (1841 - 1909) - España - e Isidra Santos y Santos (1814-1891), Abadesas del Monasterio de Santa María de las Dueñas de Alba de Tormes (Salamanca). Ser "Abadesa" significó para la mujer de sus tiempos - incluso los que vivimos actualmente -, el reconocimiento a su valía, como mujer.